Género: Novela
Año de publicación: 1995
Autora: Laura Esquivel
Páginas: 253 Ed. Grijalbo
¿DE QUÉ SE TRATA?
La novela narra una historia cuyo eje central se da en México, en el año 2200 (enfoque futurista) en el cual acontecen diferentes situaciones alrededor de su protagonista, Azucena; que tiene como oficio ser “Astroanalista” a semejanza de lo que podríamos entender como una psicoterapeuta actual, pero con el objetivo de tratar pacientes que están resolviendo trastornos ocasionados por las acciones cometidas en vidas pasadas y que han generado el “karma” en sus existencias actuales. En la trama Azucena es separada por circunstancias misteriosas de su alma gemela; por lo cual debe enfrentar una suerte de vivencias relacionadas a sus vidas anteriores para poder lograr encontrarse nuevamente con su pareja; además de cumplir una misión especial que concierne al universo entero desde el amor… ¿cuál será esta misión?
¿CÒMO SE LEE?
Un asunto controversial de esta novela es la apuesta por la
integración de un contenido audiovisual, en el que participan la música
(especifica) e historietas particulares que se van entremezclando con la
narrativa y en el cual se propone diferentes momentos que no son usuales, como
el bailar previamente ante determinados capítulos, esto puede generar amor y
odio entre los lectores, sin embargo, a mí en lo particular me genera interés
salirme de lo convencional y retar mi creatividad a nuevos mundo por decirlo
así, aunque esto implicara sentirme ridícula bailando música popular
(especifica), simplemente me deje llevar. En las instrucciones iniciales del
libro, la autora (Laura Esquivel) explica cómo hacerlo, de hecho, me parece que es un poco
modesta frente al alcance del sentido que tiene esta apuesta, al nombrarlo como
algo casi que experimental y generar una lectura que no se ponga densa, pero
creo que va mas allá y puede estar más cerca de la generación de ciertos
estados alterados de consciencia, pronto les explico porque…
Lo encuentro en septiembre de 2013 en Buenos Aires. antes perteneció a "Bibi.31.07.96" |
Las personas que encuentran agradable el encuentro con la lectura, pueden entender que cada libro puede traer consigo un significante distinto por múltiples razones, que pueden ir desde sus contenidos, su interpretación, hasta tal vez la afiliación emocional que se haga con este. Es como que cada lectura en parte te puede ir transformando un poco, desde luego no pasa con todos y funciona más o menos igual a la “química humana” en la cual descubrimos que nos sentimos atraídos solo a ciertas personas y de hecho sentimos rechazo absoluto por otras y no siempre se halla explicación objetiva; tanto para lo uno como para lo otro. En tanto el encuentro con este libro posee además un asunto digamos; raro que va de la mano con los tintes metafísicos del mismo, que describiré mientras avanzas en esta lectura.
En septiembre del año 2013 realicé un viaje a Buenos Aires
(Argentina), me encontraba viviendo un momento especial en el amor, por lo que
todos mis sentidos estaban resueltos a identificar todo en cuanto a él
estuviera relacionado, es así que pasando por el obligado y por supuesto
especial recorrido por la avenida Corrientes, en la cual encuentras además de
los famosos teatros, bares, cafés y pizzerías; unas encantadoras librerías
abiertas hasta altas horas de la noche, fue allí que mis ojos fueron a dar
sobre La ley del amor, solo su título
tuvo para capturar mi atención, luego vi su contraportada y creo que pudo
inquietarme el tema del amor en el universo y el enfoque místico en el cual nombraba la existencia de
vidas pasadas, además supongo que también me inquietó la propuesta literaria de
generar estado alterados de conciencia, en fin; que no lo tengo muy claro, pues
este evento fue hace cuatro años, lo que si está claro es que este libro vino a mi
químicamente y la elección de su compra fue algo más orgánico, pues no conocía
nada de él… por lo menos conscientemente. El libro entre otras cosas no era
nuevo, ya le había pertenecido a alguien.
¿QUÉ PASA DESPUÉS?
Por alguna razón la lectura de La ley del amor
fue aplazada por cuatro años, es extraño pues en general
no tiendo a acumular libros, pero este en particular, así quedó; aplazado. Por distintas circunstancias la vida me
trajo a vivir desde Colombia al sur, en Perú y allí nuevamente gracias a la mudanza me reencuentro con el libro y en este
momento me doy vía libre para este encuentro que me permitió estar cara a cara
con lo que podría llamar una especie de intuición, que como lo mencione al
inicio, tocó las fibras metafísicas que están contenidas en la lectura, pero se
hicieron presentes en lo real. (En el sur lo encontré en el sur lo leí)
¿CUÁL FUE LA INTUICIÓN?
Escena de la repetición del terremoto. Pistas que trae el audio (tuve que improvisar) Bibi, a quien perteneció en algún momento. gracias!!! |
Cuando comencé la lectura de La ley del amor, noté como se incrementó mi actividad onírica (sueños), que no estaban del todo claros y no eran todos recordables; hubo momentos extraños en los que aun después de lo ridícula que me sentía al hacer una danza propuesta en la novela, me entraba una somnolencia incontrolable y por más que encontrara el capítulo interesante irremediablemente me dormía profundamente, al despertar retomaba la lectura y la sensación era extraña, como de entenderlo diferente, pero sintiendo una conexión por cada palabra, logrando interesantes reflexiones sobre la existencia en el universo.
Lo particular fue lo siguiente:
Soñé un día con un terremoto, el cual yo presenciaba y en el
cual intentaba salvaguardar la vida de mi madre, trataba de protegerla de la
caída de cosas que ocasionaba el sismo, me desperté esa mañana pensando en el sueño y entonces con algo de inquietud se lo relaté a ella; finalmente para tranquilizarme tomé la vía de una interpretación
simbólica de los sueños desde una posible caída de esquemas mentales personales, una resistencia al
cambio. Me sorprendí cuando al realizar la lectura del día, aparece en
las viñetas del libro la recreación de lo que era evidentemente un terremoto casi con las mismas imágenes que aun estaban en mis recueros oníricos, continúe la lectura como siempre en estado reflexivo y abierto. Sigo leyendo y me encuentro que tal terremoto hacía referencia al ocurrido en
México el 19 de septiembre en 1985, me parecieron unas imágenes impactantes. Al
otro día me despierto con la noticia de la repetición del evento sísmico 32
años después. Yo pensé en cómo aplacé cuatro años esta lectura, para coincidir
en un tiempo tan perfecto la casualidad de mi sueño, de la narrativa de la
tragedia en 1985 y la tragedia actual. No es una tarea fácil y aun me encuentro
en proceso de hallar respuestas.
Lo anterior no fue la única casualidad mística del libro que que aconteció frente a
la circunstancia tiempo; el 29 de septiembre de 2015, llegué al punto de la
lectura en donde había un intermedio para bailar (San Miguel Arcángel de
Liliana Felipe), al otro día el amigo Facebook me hizo saber que el 29 era el día
del arcángel. Estas
coincidencias extrañas vividas no me hicieron sentir temerosa o algo así, pero sí me han dejado inquieta y expectante sobre la situación o el sentido que esto ha de tener.
¿QUÉ MAS PUEDO DECIR? …
La ley del amor no es una novela convencional, es una
propuesta distinta en tanto a la dinámica de su lectura y por su propio
contenido futurista y místico que puede llegar a ser extraño, excéntrico y
hasta rechazable desde un punto de vista dogmático de algunas religiones y
creencias. He sabido que la relación que el libro genera no siempre es cordial
y que algunas personas han huido de él, literalmente y no por apatía si no
por cierto temor y falta de entendimiento.
El asunto es crear su propia experiencia, así como en el amor… aunque da
temor y podemos llegar al ridículo, más vale la pena dejarse llevar.
En general
el contenido toca fibras sensibles en los seres humanos como el amor romántico,
el sentido de vida, los lazos familiares, la ética, el amor propio entre otras
y a las cuales cada uno acudirá desde el estado actual de su propio yo.
Hay un supuesto orden natural que rige al universo, pero en
el mundo en necesario la “desacomodacion” para poder hacer frente a la
reflexión y el crecimiento. Simbólica (como en mis sueños) y no tan simbólica
(sismo de México) es necesario el enfrentarse a la caída de esquemas, a la
corrección de los errores, permitiendo la apertura a nuevas ideas, nuevas
formas de hacer las cosas, dando lugar al perdón y al amor.
Sin más… los invito a que se atrevan…
« Valido la inscripción de este blog al servicio Paperblog bajo el seudónimo anisdelamor ».
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Gracias por develar el impacto que generó la obra en tu lectura, lecturas que nos determinan.
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