Arequipa es conocida como la ciudad blanca debido a que parte de la arquitectura de la ciudad está construida con piedra volcánica blanca con propiedades que le proveen resistencia ante la intemperie y los sismos. Esta piedra llamada sillar se comienza a usar desde finales del siglo XVI y se observa en los templos, arcos, palacios, museos, hoteles etc.
Aunque lo mencionado en el párrafo anterior es lo mas característico, a mí en particular me ha llamado la atención el cielo de esta cuidad ya que es increíblemente azul y despejado y contrasta de manera hermosa con los colores terracota, ocre, amarillo y azules típicos de algunas de sus construcciones antiguas arequipeñas como por ejemplo, La casa del Fundador y el hermoso Monasterio de Santa Catalina.